Estás boqueando lunas acusadas tu fueye
en el monologo de la cosa ¡abierto!
y le instalas en el hondo misterio
con el último cigarrillo y un nombre de perfil
que llueve
¡todavía!
la inutil ternura sobre la rosa-ladrillo del tiempo.
el suncho de tu tango gris
se clava en la carne de la noche y estrola
en el contrajuego, la baraja de la lagrima sola
busca un bolsillo que sea como un pais.
Vengo a escucharte pero antes
archive las espaldas. Quiero estar de frente
como un domingo claro,
subdividido a patios
tejeado a medianeras
sembrao a calles
potentes
de nuestro Buenos Aires – Tango.
Muerde una verdad tu fuelle,
como la de no tener zapatos,
como el haber vuelto inútilmente
a la calle cortada de una frente
que un día se nos subió a las manos
– un día en que las cosas suceden de repente-.
Tu fueye aprisiona
y reintegra paisajes de barro
y devuelve cosas
¡Siempre me devolvés cosas!
Las que no te di y son tuyas,
las que no te sirven y valen por eso,
la palabra amistosa
la penumbra del cine Medrano,
el recuerdo de un patio
en la calle Cabrera,
el humor de afiche de nuestro cigarro
y el ir a menos, sobrados, parejos
en este vivir que la madre a prestado.
Te escucho y es mío el pan caliente,
la astilla clavada que duele
el rencor oblicuo
aquel enero viudo
el vidrio del ojo de la vaca
el drama potente del señalero
la multitud-nadie,
el último regreso,
el cero de mi cuaderno
la culpa del otro,
la vidriera de enfrente
el hambre de Cesar Vallejo
el amor confesado de Homero
el farol balanceado de la barrera
tejeando la calle en Pompeya
su barrio orillero
En tu fuelle esta el ladrido esdrújulo de mi perro Chango
cuya comprobada ternura me lengüeteó la sed de su cariño
y malambo
que se murio en mis brazos.
Yo le hablaba a mis perros, de vos gordo
y un fabuloso entendimiento nos juntaba
¡ y yo crecí hasta perro!
¡Tu fueye!
Nada se parece tanto a vos como tu fueye
¡Tu fueye!
Algo más: tu palabra
tu alma
tu sangre, tus ganas de nada
tus ansias
y la noche larga
y la copa volteada
Pichuco
En tu jaula canta, llorando, el pajaro de la tarde,
ciego
y yo, desde el hueso digo
que sos EL BANDONEON MAYOR DE BUENOS AIRES
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